El Festival Internacional de Cine de Tokio (TIFF), que arrancó este lunes, busca en su actual edición recuperar su presencia internacional.
El Festival de Cine de Tokio: Al igual que de «volver a la normalidad» tras dos años marcados por la pandemia y casi sin participación extranjera.
«Los pilares fundamentales de un festival de cine son: mostrar buenas películas y promover el intercambio de personas».
El cual explicó en una entrevista con EFE el director del TIFF, Hiroyasu Ando.
Mencionan de quien espera ahora «contentar a la audiencia» con un festival más tradicional que en los dos años anteriores.
Esta 35 edición del TIFF, que se alargará hasta el 2 de noviembre, comenzó con una alfombra roja en el barrio tokiota de Hibiya.
Lugar donde desfilaron más de 130 personas, entre ellas, directores.
Así como de actores internacionales que pudieron por primera vez desde la pandemia viajar a la capital nipona para dar apoyo a sus filmes.
El número total de cintas que se proyectarán este año es de 169, 15 de ellas en competición.
Así como entre las que destacan dos películas españolas y una chilena.
Además de tres filmes japoneses, uno tunecino, uno italiano, uno vietnamita, uno macedonio, uno kazajo, uno esrilanqués, uno israelí, uno kirguí y uno iraní.
La presencia internacional también destaca en el jurado, que cuenta con la estadounidense Julie Taymor.
La cual es conocida por filmes como «Frida» (2002) o «Accross the Universe» (2007).
Así como presidenta del mismo, así como con el director portugués João Pedro Rodrigues como miembro.
«Por primera vez en dos años pudimos invitar participantes de otros países, pero todavía no es suficiente”.
“Este año supone el comienzo de un nuevo salto para el TIFF», señala Ando.
Quien apunta también que la venta de entradas -todavía activa- podrían aumentar en un 50 % con respecto a años anteriores.
Esto debido al incremento en el número de salas, de casi el 20 %.
Para el director del festival, la importancia de este tipo de encuentros sigue vigente.
Esto a pesar de la presencia de plataformas de streaming como Netflix o HBO.
El cual supone que, en algunas ocasiones, las películas lleguen a los espectadores a través de sus portátiles primero y no en festivales o salas.