Más allá del esquí, existen muchos otros deportes de hielo. ¿Nos acompañas a descubrir algunos de los más extraños?
Deportes de invierno: ¿Qué viajero no ha soñado alguna vez con dar la vuelta al mundo?
Reconozcámoslo: no es fácil. Hace falta tener dinero para ello, días libres y cero responsabilidades que te aten a tu hogar habitual.
Sin embargo, si eres una persona afortunada que dispone de todas las facilidades para recorrer el planeta.
Entonces debes saber que hay muchas cosas que pueden llevarte a escoger un destino u otro.
Gastronomía, museos, playas, montañas, desiertos, fauna salvaje o, por qué no, deportes de invierno.
Pero en este caso no quiero centrarme solamente en el esquí o el patinaje sobre hielo en pistas naturales.
Existen muchos deportes de invierno, algunos realmente poco conocidos, en este artículo vamos a tratar de dar la vuelta al mundo a través de ellos.
Nado del oso polar
Cada mes de enero, en Corea del Sur tiene lugar el Nado del oso polar.
Pero lejos de lo que parecería por su nombre, en él no participan animales sino personas.
Los participantes se lanzan al agua congelada, a veces incluso agujereando la capa de hielo superficial, y nadan 80 metros solo vestidos con bañador.
Un deporte de invierno curioso con el que los coreanos dan la bienvenida al año nuevo, aunque se dice que tiene su origen en Canadá.
Curling
El curling es un deporte de invierno que, si bien es desconocido por muchas personas, ya se practica en España.
Se trata de un deporte que se originó en el S. XVI en Escocia y en que dos equipos de cuatro participantes.
Los cuales se enfrentan deslizando ocho piedras de granito de 20kg en un pasillo de hielo.
Con una especie de cepillos, que podrían asemejarse a los sticks del hockey, tratan de guiar las piedras sin tocarlas.
Así como que solo mediante fricción o lijado del hielo, hasta guiarlas hasta la diana del final del pasillo.
Bobsleigh
El origen del bobsleigh, un deporte de invierno olímpico pero desconocido entre la población general, se encuentra en los Alpes de Suiza.
Existen tres modalidades del mismo: de 2, de 4 o de 6 personas.
Pero en todos los casos los participantes hacen lo mismo: lanzarse en una especie de trineos de acero y fibra de vidrio por estrechas.
Al igual que laberínticas pistas alcanzando una velocidad de hasta 100km/h.