La implementación de atención a problemas de salud mental y emocional desde los Centros de Integración Juvenil (CIJ) fue efectiva para prevenir adicciones, según Alfredo Hatchett Anaya, responsable del programa de tratamiento y rehabilitación en el CIJ.
Indicó que el 60% de los casos atendidos en 2020 y 2021 estaban relacionados con problemas de salud mental, lo cual fue beneficioso al evitar que las personas afectadas recurrieran al consumo de drogas.
Durante la pandemia, se observó un aumento significativo en trastornos de ansiedad y depresivos, y el CIJ amplió sus servicios para abordar estas problemáticas.
La capacitación del personal médico y psicológico permitió ofrecer atención no solo a quienes tienen problemas de drogas, sino también a aquellos con trastornos mentales. La estrategia NH gap de la Organización Mundial de la Salud fue implementada para reducir la brecha entre las necesidades de salud mental y la oferta de servicios.
Se incrementó la atención a jóvenes y niños, siendo estos más propensos a desarrollar trastornos mentales que podrían derivar en problemas graves, ya que el consumo de drogas a veces se utiliza como «automedicación».
En 2023, se observó un equilibrio en la atención, invirtiéndose la proporción a favor de problemas de consumo (60%) y salud mental (40%). El CIJ atiende principalmente a adolescentes de 16 a 20 años, pero brinda apoyo a personas de todas las edades.