Uno de los momentos más difíciles en la carrera de un futbolista profesional es reconocer que su carrera está llegando al final y decidir cuándo será el momento ideal para «colgar los botines».
En el caso de Ricardo Noir, atacante argentino que supo ser una de las grandes promesas de la cantera de Boca Juniors, fue todo lo contrario. Incluso, aprovechó el momento para vivir de otra de sus grandes pasiones: la peluquería.
«Decidí aislarme un poco del mundo del futbol. Después de que falleció mi viejo en noviembre de 2019, ya no tenía muchas ganas de seguir jugando…» confesó el exjugador de 37 años.
Noir estuvo cuatro años en el Xeneize y después, tuvo una larga trayectoria entre Argentina, Chile y Ecuador, donde jugó en equipos como Barcelona de Guayaquil, Newell’s Old Boys, Racing Club, Universidad Católica, entre otros.
Sin embargo, poner a la familia como prioridad fue el momento en el que se dio cuenta que tenía que dar un giro en su estilo de vida.
«Además, mi nena -ya con 13 años- un día me dijo mientras comíamos en Bolivia que ya estaba un poco cansada de cambiar de ciudad seguido y de no tener grupo de amigas en la escuela. Ahí dije: ‘ya está’. Nos volvemos a vivir a Entre Ríos» confesó el jugador oriundo de Villa Elisa, un pueblo en dicha ciudad de Argentina.
«Hablando con el psicólogo deportivo que tuve en Racing, me acordé que de chico me gustaba cortar el pelo y me puse a hacer el curso de peluquero. La paso bien, hablo de futbol ahí que es algo que me encanta. Siempre pongo los partidos y los vemos mientras corto» concluyó ‘Tito’.