Todo un éxito para el técnico Czeslaw Michniewicz, que disputaba su primer encuentro oficial al frente de la selección polaca —sí que jugó un amistoso ante Escocia la semana anterior; empate a uno— porque en el pasado mes de enero el portugués Paulo Sousa aceptó una oferta del Flamengo. Y la mejor reválida posible para Lewandowski (74 dianas en 128 partidos), pieza capital y punto final del ataque polaco, que ha firmado nueve goles en esta fase de clasificación. Nunca ha festejado uno en un Mundial, pues en 2018 jugó los tres encuentros sin éxito. Lo mismo le sucede a Ibrahimovic (62 tantos en 120 encuentros), que ha dejado y vuelto a la selección en tres ocasiones por diferencias con el técnico de turno o por los disgustos clasificatorios, incapaz de ver puerta en sus participaciones de 2002 y 2006. Y así se quedará, apeada Suecia para jolgorio polaco y de su goleador Lewandowski.

También hubo mambo en el continente africano. En un encuentro tan intenso como caótico, Senegal volvió a aclararle a Egipto que le tiene cogida la medida, al menos en la rueda de los penaltis como ya ocurriera en la pasada final de la Copa África. Disfrute para Mané y desolación de Salah, compañero en el Liverpool que falló su chut desde los 11 metros (en la ida y vuelta se repitió el 1-0). En el duelo pasó de todo. Rifirrafes entre los banquillos, patadas a destiempo con el balón en juego, lluvia de láseres desde la grada sobre los egipcios, un botellín de agua (con tapón) que impactó en el meta rival, prórroga, penaltis e invasión de campo.

El único tanto en Dakar con el balón en juego lo marcó Boulaye Dia (punta del Villarreal), nada más comenzar el envite. Pero ya no se volvió a ver puerta hasta los penaltis, cuando Senegal, gracias a un último chut de Mané —Salah falló su lanzamiento—, pudo de nuevo con Egipto y selló su participación en Qatar.

También se clasificaron Marruecos ante Congo, Túnez ante Mali, y Camerún al vencer en el descuento de la prórroga con un gol de Ekambi a Argelia por 1-2 tras el 0-1 de la ida.