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Día Mundial contra la Hepatitis: ¿Por qué se celebra?

Día Mundial contra la Hepatitis; el 28 de julio de cada año, la OMS y sus asociados conmemoran este día con el fin de promover la generación de conciencia acerca de la importancia de la prevención y detección, precoz y efectiva de la enfermedad.

Este día se fijó el 28 de julio en honor al descubridor del virus de la hepatitis B, el profesor Baruch Samuel Blumberg, quien nació este día y fue galardonado con el Premio Nobel.

Día Mundial contra la Hepatitis: ¿Cuántos tipos hay?

La hepatitis viral es un grupo de enfermedades infecciosas que comprende la hepatitis A, B, C, D y E; esta enfermedad afecta a millones de personas en todo el mundo, puesto que provoca hepatopatías agudas y crónicas y causa la muerte de cerca de 1.4 millones de personas cada año.

Existen diferentes tipos de hepatitis:

– Hepatitis A: Es una enfermedad aguda, esencialmente benigna, la cual se cura sola en la mayoría de los casos; raramente este virus produce formas fulminantes que llevan a la muerte o a la necesidad de un trasplante.

– Hepatitis B: Esta enfermedad puede evolucionar a formas crónicas y producir cirrosis o cáncer hepático, sin embargo, se puede prevenir con una vacuna; este tipo de hepatitis se puede contraer de manera sanguínea o sexual.

– Hepatitis C: Así como la hepatitis B, ésta puede evolucionar a formas crónicas pero en el 80% a 90% de los casos, también puede producir cirrosis y cáncer hepático; la mayoría de las personas se curan con los nuevos tratamientos, sin embargo, es fundamental conocer su existencia para abordarla con el tratamiento adecuado.

– Hepatitis D: Esta enfermedad está totalmente ligada a la hepatitis B, ya que sólo pueden contraer hepatitis D, aquellas personas que ya tuvieron hepatitis B; sin embargo, quienes contraen hepatitis D, corren un mayor riesgo, ya que al estar infectado por ambos virus, el desenlace puede ser peor.

– Hepatitis E: Este tipo de hepatitis se transmite igual que la A, a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados, o por contacto directo con heces infectadas. No causa problemas hepáticos crónicos, pero llega a ser más peligrosa en mujeres embarazadas.

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