El foco dedicado al cine brasileño que organiza en estos días Le Festival de Biarritz Amérique Latine no podría ser más pertinente.
Festival de Biarritz: Con diez largometrajes y catorce cortos seleccionados por el cineasta pernambucano Kleber Mendonça Filho.
Ademas que la muestra propone un abanico que va del pasado más ilustre hasta su presente más inmediato.
«Mato seco em chamas», de Adirley Queirós y Joana Pimenta
El próximo domingo, en las elecciones generales en Brasil, se juega mucho más que la suerte del país.
Por ende, se diría que la de toda América del Sur, en ese combate voto a voto entre el actual presidente Jair Bolsonaro.
Así como ese viejo guerrero que es Lula, que puede inclinar la balanza de todo el continente.
Mientras tanto, el foco dedicado al cine brasileño que organiza en estos días Le Festival de Biarritz Amérique Latine no podría ser más pertinente.
Con diez largometrajes y catorce cortos seleccionados especialmente por el excelente cineasta pernambucano Kleber Mendonça Filho.
Al igual que la muestra propone un abanico que va del pasado más ilustre.
–Ese mojón que sigue siendo Glauber Rocha- hasta su presente más inmediato.
“Al reunir estas películas en este año de esperanza para Brasil, recordé una cosa que siempre me impresiona”, escribió Kleber en el catálogo del festival.
“La cultura brasileña se ha mantenido como la mejor forma de representación de Brasil en el mundo”.
“Esto a pesar de que el país ha estado experimentando inestabilidad democrática desde 2016”.
“La cultura brasileña se mantuvo siempre animada y poderosa”.
“Abiertamente atacados por los gobiernos de Temer y Bolsonaro, lo cierto es que -en los últimos seis años-”.
“Ademas que la cultura y los artistas brasileños han hecho más por la imagen del país que la disminuida diplomacia brasileña”.
Y si hay dos películas que representan esa fuerza que va del pasado al presente.
Al igual que incluso se siguen proyectando hacia el futuro esas son el clásico Cabra marcado para morrer (1984), de Eduardo Coutinho.
Menciona que es un film que parece cobrar cada vez más actualidad, y Mato seco em chamas, de Adirley Queirós y Joana Pimenta.
La cual fue estrenada en febrero pasado en el Forum de la Berlinale.
Luego ganadora del Grand Prix del festival Cinéma du réel organizado por el Centre Pompidou.
Empecemos por el más reciente, que alguien podría pensar equivocadamente que corre el riesgo de quedar desactualizado el próximo domingo.
Pero que sin embargo tiene una potencia visionaria y una formulación estética que trasciende cualquier circunstancia coyuntural.
Mato seco em chamas –que seguramente se verá en el próximo Festival de Mar del Plata- .
Ademas que fue filmado durante un período de tres años en Sol Nascente y Ceilândia, ciudades satélite de Brasilia, la capital de Brasil.
Como han declarado Queirós y Pimenta:
“La película surgió del deseo de construir una fábula sobre la política brasileña desde la perspectiva de las personas”.
“Las cuales son las que viven en la periferia de este Distrito Federal”.
Entramos en el mundo de lo real para construir una ficción que pudiera servir como una forma de venganza contra cierta élite brasileña.
Así como colonizada, violenta, arcaica, mediocre”.